jueves, 28 de julio de 2011


Caminas a cada lado de esas calles que te pintan el mundo de diferentes colores y sonidos, duermes pensando que aquí todo transcurre de una forma mas soñada. Te para en la esquina esperando a que la imaginación  fluya de tal forma que la realidad se mezcle en una sincronía perfecta. Sueñas. Y es entonces donde no entiendo por qué lo coherente es soñar, te ilusionas de una forma en la que el golpe siempre va a ser más duro por la altura, pero sigues subiendo como  sin fin. Mueves las caderas como si el viento las pudiera controlar, así nada más de esa extraña y cósmica manera en la que solamente quien te ve entiende lo que dices. Pero solo intentas hablar para una persona, una univoca persona que hace mucho se rindió en pensar en nosotros, y no se trata de lo prolongado, se trata  de lo difuminado que alcanza a llegar se lo instantáneo, quieres gritar todo pero no se bajo que lógicas el grito se pueda entender como desespero. Añoras lo alcanzable, y lo imposible, maldito el momento en que todo se cohesión en una telaraña imposible. Sueñas y es tu salvación, sueñas en tu tumba.

Datos personales

Seguidores