De pronto, tu voz me hizo levantar;
me mostraste el horizonte;
Hacía allá dirigí mis ojos soñolientos
y divisó una claridad deslumbradora...
Con dulce sonrisa me dijiste:
¡Por qué estás a oscuras?...
No te seduce esa claridad?...
¡Ven conmigo, yo re haré salir de estas tinieblas!
Cogida de tu mano empecé a caminar por un bello sendero,
que poco a poco fue tornándose en áspero y pedregoso.
Mis pies se destrozaban y tú no hacías caso a mis lamentos.
A veces quería retroceder,
pero tú con tus miradas me alentabas a seguir.
Hubo un momento en que te adelantaste tanto que te perdí de vista,
corrí para darte alcance,
corrí hasta caer rendida...
Había llegado ya a la claridad que de lejos me sedujo,
pero esa claridad era quemadora,
eran llamas que abrasaban.
Y allí estaba yo sola,
completamente cola...
¿Por qué hombre cruel,
querías que me abrasara en estas llamas donde tú jamás te quemarías?...
Dime ¿dónde está el camino para huir de este fuego devorador?
¡ Hombre bárbaro, devuélveme mi reposo!
Llévame a mi oscuridad.
María R.
(Tomado del Museo Nacional, Archivo de prensa)
¡Por qué estás a oscuras?...
No te seduce esa claridad?...
¡Ven conmigo, yo re haré salir de estas tinieblas!
Cogida de tu mano empecé a caminar por un bello sendero,
que poco a poco fue tornándose en áspero y pedregoso.
Mis pies se destrozaban y tú no hacías caso a mis lamentos.
A veces quería retroceder,
pero tú con tus miradas me alentabas a seguir.
Hubo un momento en que te adelantaste tanto que te perdí de vista,
corrí para darte alcance,
corrí hasta caer rendida...
Había llegado ya a la claridad que de lejos me sedujo,
pero esa claridad era quemadora,
eran llamas que abrasaban.
Y allí estaba yo sola,
completamente cola...
¿Por qué hombre cruel,
querías que me abrasara en estas llamas donde tú jamás te quemarías?...
Dime ¿dónde está el camino para huir de este fuego devorador?
¡ Hombre bárbaro, devuélveme mi reposo!
Llévame a mi oscuridad.
María R.
(Tomado del Museo Nacional, Archivo de prensa)