miércoles, 9 de marzo de 2011

Así.

Yo lo suponía de otra forma, apasionados besos, un afán infinito por quitarnos la ropa, caemos en la cama, y simplemente pasa, mis piernas en sus caderas, un vaivén infinito, éxtasis, yo lo suponía de otra manera, entonces estira sus dedos y los pasa por encima de mi espalda, van y vienen, tierno, mentira, ahora están en mis piernas, baja hasta la rodilla, sube hasta el pantalón, son las yemas de sus dedos y nada más, distrae las miradas de todos hablándoles de algo, se asegura de que duerman, ahora sus dedos están en la parte interior de mis piernas, un cambio apenas perceptible, una sensación, esa sensación...

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