Empezó como un malestar, pero más abajo del pecho, donde mi mamá me cuenta que queda la boca del estomago. No duele, solo incomoda, da ganas como de hablar de decir algo, aún y cuando las palabras es estos días no se verbalizan tanto como espero creer que en algún momento si. Ella no sabía cual era el camino, pero ya tenía las intenciones de recorrerlo. No era hacia el olvido, en verdad no, era hacia una maquina elimina-nudos, para arrancarse el que se le estaba armando ahí, en la boca del estomago.
Saben como algunas veces, como muchas creo, todos sentimos que la realidad se siente como de mentiras, como que toca reconstruirla, y esas veces pasan y uno se da cuenta que no, que la realidad cambia pero no se reconstruye, porque un segundo después que pasa ya no es presente, ya pasó. Pues así estaba ella sentada al borde de la cama, recordandose que no quedaba más por hacer que simplemente esperar, tal vez leer un poco para vivir otro mundo, pero es otra forma de esperar.