domingo, 4 de agosto de 2013

Agosto 2.

Aún no entiendo para que sigue ella programando su alarma para antes de las 10 de la mañana, bien sabe que la apagará repetidas veces y que ya después seguirá durmiendo para lamentarse de nuevo lo tarde que es para empezar el día. Tal vez creía que hoy si iba a despertarse a tiempo, a tiempo para organizar y llevar a cabo el plan que tenía para esta celebración. Ya se había despertado muy tarde, y en verdad solo tenía ganas de leer un rato, un rato que se alargó, y la culpa solo puede ser de su libro. Tratar de seguir un plan que ya empezó mal, procuro armar otro para poder hacer las labores que tenía planeadas, pero en algún momento entre su ducha y los primeros platos que lavó en la cocina se dio cuenta que en verdad no había nada que pudiera planear, era la misma lógica de esta amistad, no podía planearse como nunca fue un plan su encuentro. Solo intentaba hacer todo muy rápido, era casi hora de que todos llegaran, de que llegara alguien, porque inclusive esa esperanza la estaba perdiendo, que todos ellos cumplieran con su palabra, los quería, pero no eran el grupo de gente más sería en sus planes. Ya había retrasado mucho el momento de las compras, y ya pensó que a la larga si lograría comprar ese pequeño detalle, entonces procuro seguir leyendo mientras fueron llegando. Y si, si llegó. Entre el orden de todo, entre ella de anfitriona y cocinera, y entre que fueron organizándose solo empezó a temer que entre tantos quereres el suyo apenas fuera notado, pero se convenció de que muy bien sabía él que era todo el mismo gesto de cariño que podría ella haber profesado de cualquier otra forma. Sus compras nunca se realizaron pero si se cocinó, aquí estaba todo, si sabía bien sabría ella que su gesto estaría completo, y miedo, mucho miedo si tuvo. La velada se completó, entre esas interesantisimas, y obligatorias, conversaciones, con mucha música y muchas conjeturas de la vida, del amor, de los proyectos. Se quedaban algunos esa noche, él mismo se quedó. Sus planes, sus planes no sucedieron así como nada hasta ahora en ellos dos se había planeado, pero sintió en su inseguridad, más bien en su orgullo por querer ser la más especial que no había hecho una labor completa. Y ahí con su espalda junto a la de esa otra amiga, viéndolo en el suelo casi dormido se imaginó que le habría escrito si se hubiese decidido a escribir la noche anterior, o si hubiera despertado un poco más temprano. Abrió una hoja de papel, todo ahí mismo en su cabeza en la mitad de la oscura habitación, le escribiría en verde como en todas las otras cosas que le ha escrito, y empezó a escribir:

                             Tomar esta nota como mi celebración de cumpleaños hacia ud. no tiene sentido,  pues celebrarlo así, cuando lo he celebrado de tantas mejores formas sería lo último que desearía, pero es imperativo para mi espíritu, que ud. muy bien conoce, no dejar para este día algo dicho de esta forma, para que pueda ud. recordarlo cuando tal vez piense que ya no me importa, o solo quiera saber que pensaba de ud. por estos días. Me disculpo por no entregarle esto antes, y me disculpo por escribirlo apenas en mi imaginación, pero mis planes fallaron, también sabe que eso no me salé muy bien. Si hay que hacer de este día algo relevante, no es porque ud. sea un año menos joven, porque si que es pequeño, es porque quiero recordar en sus historias el día que nació, y en su misma forma de ver la vida, en como ese día el destino empezó a traerlo a mi vida, yo con un año y medio ya de vida creo que lo estaba esperando, y creo que ud. de alguna forma me buscó. Y como lo que quiero es mostrar mi alegría porque hace ese tiempo hubiera nacido cacheton y tierno, sin miedos y dudas, tantos que a veces creo le impiden ser más entrañable aún, no invertiré demasiados renglones en mencionar la increíble persona que lo he construido en mi piel, porque con un par de lineas no podría resumir todo lo que por ud. siento, todo lo que ya le he dicho. Pero permitame mencionarle de nuevo que carece ud. de los feos ademanes de los hombres comunes que tanto aborrezco, y que no hay nada que me parezca más fascinante que ese escepticismo con todo lo que piensa, con ud. mismo, que lo hace desear siempre saber más, pensar más, charlar más, leer más, y ser cada día más músical, y que es en eso último en donde he encontrado ese grande deseo de no alejarme de ud. aún y cuando las reglas absurdas de esta vida dictarán que nuestra amistad probablemente podría entrar en esa inmunda categoría de lo imposible. Creo que este es todo mi sentir para hoy,más allá del que espero en cada bocado hayas sentido. Y si, ahora seré más personal, y te diré, con un tu de por medio, que solo deseo más planes cumplidos y más metas logradas, y cada vez más cariño para esta vida tuya que en este día deseamos todos recordarte.                                            'Conozco un hombre con un corazón enredado en sus labios'



Esa última linea era la única que desde hace días sabía que iba a escribir, el resto, el resto sería la añadidura a esa única linea que desde el día en que él le contó la historia, en ese camino en la mitad de el bosque, sabía ella que debía componer. Así, y ya sin mirarlo porque en algún momento de esa carta empezó a soñarlo, llego la mañana y con ella ese otro momento de compartir. Seguía lamentando no decirle nada ni haberle dado nada más de lo que ella hizo, pero simplemente charlaron, desayunaron y en el abrazo de despedida creo que los dos sabían que había sido un feliz cumpleaños.

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