lunes, 12 de agosto de 2013

Es tal vez esto algo de locura.

El motivo real de la locura solo está en los libros, en estos que me consumieron por tres semanas.

Era un banca de esas que son un tronco a la mitad, y era justo en frente de un ríachuelo, en una montaña, en una prometida de conocer, a unos diez minutos debería estar esa portería con ese amable señor que amigo sería ya por la cantidad de veces visitado. El lugar aún no existía, la promesa no se cumplía pero hoy todo ocurría allí. Era más fácil entender que la vida de los dos se iba a dar de a muchas palabras y de a muchos silencios, que en verdad no lo eran porque estaban siempre rellenados con ese redondito bafle portátil que a su dicha, la de los dos, jamás fue devuelto a su dueña original, que a este momento ni lo había extrañado. Y así en uno de los silencios musicales que se envolvía en un Richi Ray, solo porque así era que ella habría podido recordar el revoltijo en el estomago que sintió en la última página de ese libro, que solo podría ser de esos condenados libros, que a parecer por nacer bajo esta nacionalidad hay que leer. -¿Si te conté que leí el libro esa misma noche en la que te dije lo que me gustaba de los dos?, pues lo leí, lo leí y se me inundó el cuerpo de tantisimas horribles cosas, si hubo euforia fue ahí cuando te recordé entre toda la salsa que se chorrea de esas páginas, como del inventado manuscrito que solo puede pecar de conocedor de buena música.- Estás eran las mejores formas de empezar a hablar de las cuánticas cosas que en la vida hay para decir, así muy impreciso todo, como sabiendo que no hay nada que pueda responderse más que la continuación a un mal de males que invadirá ahora la conversación entre los dos. -Qué, qué tiene ese libro, de que te llenó, cuéntame- esas frases cortas que en verdad estaban llenas de curiosidad eran lo que no saciaba sus ganas de seguir hablándole siempre, y entonces no podía más sino empezar a decir todo lo que esa noche no pudo, primero, porque sentía en su alma que era demasiado tarde, aún y cuando no eran ni las dos de la mañana, incluso cuando alguien a esa hora le empezó a hablar, y segundo, porque ese momento no existía aún. -Supongo que se viene a mi de muchas formas, primero en ella, en la difunta que adoré, y creo que la adoré más cuando no estuvo, pero llega en ella en la comprensión de porqué no la adoré antes. Esa reforzada realización de la locura y la justificación de la muerte en los burguesillos, pequeño burgueses diría un amigo mío, que solo deviene del tedio a una vida de posibilidades, donde la única posibilidad que deciden escoger es el del delirio, las drogas, la muerte, y en donde se escudan con la mierda de mundo, que la gente no sea descarada, que si se matan al final de un remolino de drogas, no es por la mierda de mundo, que no se metan con esos que se mataron por este mundo, pues no, no lo conocen, si creen que en las drogas y los estados aislados de la realidad conocen el mundo, ellos, putos burguesitos que en verdad no supieron que hacer con tanto dinero, y que solo pueden llegar allá, así como María del Carmen, por la renta que les dejó sus papás, y sus papás porque las mamas en ese mundo no existen, y las putas que se vuelven putas por su resentimiento a su vida, y no prepago, porque las prepago quieren más, estas lo tienen todo, no recuerdan a la mamá, a la mamá que no existió porque el sueldo es del papá, y lo maldicen por esto mismo, no me digan ahora que fue porque el mundo es una mierda, es porque sintieron que hay más decoro en morir de drogos ricos, a morir de viejos cancerigenos- sería solo un poco de lo que podría decir. -¿Te gustó al menos?- -No, no creo, me capturó, pero en vedad me da mucha ira muchas cosas.- -Pero espérame, no entiendo esto y lo de ella- - Era su libro favorito, y creo que sobre él, y aunque no con tanto convencimiento como puedo el mismo Andres escribirlo, estaba la justificación de su propia vida, ella también era un poco pesimista, y creo que su vida fue mucho más gozosa de lo que este desmedido gusto por el libro puede indicar, yo sé que lo sabía- -Y, entonces ¿qué más?- Son partes, la primera de una primera inconformidad sobre su vida, la música en ingles y esa creación de héroes enfermizos y poco racionales, y no porque me guste el sentido racional de la vida, solo porque no tiene sentido alguno, dentro de ninguna racionalidad, esos modelos a seguir, ¡Ah!, y todo el relleno de riquillos maltrechos asesinos impunes y locos de remate, eso si, muy cultos, que se van de la historia por ser como ella, pero ahí, un años después de ella, después, esta inconformidad y delirio de superioridad que le nace por su absoluta juventud, pero ahí es que apareces tu, porque si leyeras como habla de la salsa, me pareciera escucharte a ti, y es que si, es que la comprendo más, y eso que dice "Pero ninguna Salsa le llega a usted entera, al final azota el llanto, quiebra el miedo, afloran las tristezas inexplicables." y lo dice, y me destruye entonces toda la salsa que antes de leer hoy escuché, que me mueve las entrañas con sensualidad absoluta pero que dicen tanto de lo que quiero decir, pero entonces se llena de eso enfermizo que rodea toda la historia, y es esa necesidad de nunca parar, pero esa enfermedad se cura con un puto reproductor de música, y ya, y bueno, tendría como fiestar tanto como quiera, siempre que no deba inyectarse de baile. Y esos absurdos personajes, que se pierden en las drogas, pero es una perdida, una perdida que creo no debe ser la misma que te lleva al bronx, y si no fuera por las drogas, la absoluta nitidez con la que se escribe esa historia, que solo puedo tomar como ficticia de como nace esa canción en honor a Rubén, ya leerás ese pedazo y escucharas la canción, además encontré esa versión que el mismo Andrés debió escuchar cuando lo escribió; y para terminar, el asco que me da la estúpida idea de que gringo es malo por ser gringo, y la excusa para robar y golpear, y lo que me encabrona más es la realidad de ese último personaje, lo odié, quise llamar a la policía, quise matarlo antes de que lo mataran, al menos murió- Y entonces habla él de las mil conjeturas sobre las drogas, yo creo que se pueden parecer a las de ella, y después de una hora tal vez, en la que ya sacaron la comida que llevaron se quedan un rato más en un silenció melódico. -Y es tan raro sentir ese libro así, es nada más que su propia sentencia de suicidio, es la carta que le dejó a todos encima de la almohada antes de colgarse, si bueno, aún no sé como se mató, pero es eso. Andres me debe, me debe el final de esa historia, que es su mismo final, pero soy optimista, esa María que es ese Andres tuvo mejor vida, con solo 17, 18 si mis cuentas no dan, volvió a su casa, en donde aun sin ser querida tomo todo el dinero de sus papás he hizo algo con él, cualquier otra cosa, se bañó y siguió siendo puta pero diferente.-. Es tan perfecto ese lugar, es en verdad un río como el que no existe, y es su nuevo lugar. Estas historias sucederán allí, y serán tal vez seis libros en tres semanas.


Para el lector que no sabe de que libro se habla, es del mismo libro consagrado entre los jóvenes yonkis intelectuales de la ciudad, "Que Viva la Música". Y lo mencionó porque tomé una cita de sus paginas, y no puedo bajo ningún motivo hacer como si yo hubiera escrito esto, que son las agonizantes palabras de un ilustre Andrés Caicedo que lo había planeado todo para morir así. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Seguidores